La Defensa Pública presentó sus testigos de parte en el juicio oral y público contra J.F.
En el día de hoy, 9 de febrero, el Defensor Público, Dr. Francisco Broglia presentó los testigos de la defensa en el juicio oral y público en el que asiste a J.F. quien está acusado por el Fiscal del Ministerio Público de la Acusación, Dr. Rafael Coria, por el delito de tentativa de homicidio contra Miguel Ángel Bravo. El representante del Ministerio Público de la Defensa estuvo acompañado por la Defensora Pública Adjunta, Dra. Marianella Di Ponte y la Asistente de Apoyo en Juicios Orales Dra. Anabela Antegiovanni.
Durante la mañana de hoy, Broglia presentó a los dos testigos de parte de la Defensa Pública ante el Juez Penal del Colegio de Jueces de 1era. Instancia que preside el debate oral, Dr. Juan Carlos Curto. En este sentido, testificaron en favor de J.F. su madre, L.F. y el Trabajador Social, Lic. Pablo Porporato.
La madre de J.F. relató que su hijo “es muy compañero”. Además, dijo que “estuvo siempre con nosotros ayudándonos y trabajando junto con su señora”. Sobre el hecho ocurrido el día 12 de Octubre de 2015 en la casa ubicada en calle Biarritz al 3700 de la ciudad de Rosario la mujer manifestó que ella no se encontraba en la casa, dado que durante aquella jornada su hijo junto a Miguel Ángel Bravo y otras dos personas habían organizado un asado. Dijo que si bien había sido invitada, pero rechazó el convite porque que “eran todos hombres”. Por ello, fue a visitar a su madre. Minutos después, la llamó una persona de nombre Georgina quien, asustada, le mencionó que se estaba produciendo una situación violenta en la casa y que Bravo lo estaba agarrando del cuello a J.F. golpeando su cabeza contra la pared. Cuando la mujer arribó a la escena vio a su hijo a bordo de un móvil policial que derivó al joven a la Comisaría 33era. de Rosario. Cuando acudió a visitarlo, observó a su hijo golpeado y con lesiones visibles, dado que tenía la cabeza ensangrentada.
Por su lado, Broglia le consultó a la madre de J.F. cómo era la relación de su hijo con Bravo, quien señaló que “era buena”. Además, dijo que hacía tres meses que ella junto a su hijo, la pareja de este y el niño que mantienen ambos le alquilaban una pieza a Bravo en la casa de Biarritz al 3700 en el barrio Puente Gallego. También destacó que J.F. había adelantado tres meses de alquiler, mediante la entrega de unas zapatillas nuevas a Bravo dado que no disponía de medios económicos para pagarle el mismo a la víctima.
Luego de la madre de J.F. testificó el Trabajador Social, Lic. Pablo Porporato, quien el día 2 de febrero de este año se entrevistó con el acusado para a los fines de elaborar un informe socioambiental con el objetivo de poder presentar el marco social la historia de vida del joven durante el juicio. Así, el testigo indicó que J.F. nació y creció junto a sus padres y hermanos en el barrio Villa Centeno de Rosario. Allí, atravesó su niñez y adolescencia bajo “una pobreza estructural y vulnerabilidad económica”. El profesional agregó que “cuando J.F. tenía cerca de 10 o 12 años edad -no recordaba exactamente- sus padres decidieron romper relaciones de pareja por situaciones de alcoholismo por parte de su padre y episodios de violencia de género en el seno familiar que afectó directamente su adolescencia”. De este modo, relató que luego de ello comenzó a convivir con su padre, tuvo que abandonar la escuela primaria y empezó a trabajar junto a este en el Mercado de Productores de Rosario, afectado permanentemente por la informalidad laboral. Sobre este punto, el Trabajador Social señaló que “J.F. relató diferentes situaciones y esfuerzos realizados tras no haber podido concluir la escolaridad primaria y encontrarse en una situación de marginalidad donde nunca ha logrado estabilidad alguna”.
Sobre el caso en particular Porporato manifestó que meses antes al hecho por el cual se encuentra siendo sometido a proceso el acusado, J.F. junto a su pareja y el hijo de este de seis años de edad como así también su madre decidieron mudarse al barrio Puente Gallego, donde alquilaron una pieza en la casa ubicada en calle Biarritz al 3700 propiedad de Juan Carlos Bravo. Tal como había explicado su madre previamente enmarcó la vulnerabilidad económica del joven en la entrega de unas zapatillas nuevas a los fines de poder saldar tres meses de alquiler de esa habitación.
Para finalizar, el testigo de parte de la Defensa Público concluyó su informe diciendo que “J.F. convivió en un ambiente de marginalidad, no solo económica, sino también el joven fue atravesado por la estigmatización social”.
Antes de finalizar el debate y pasar a los alegatos finales, el Defensor Público, Francisco Broglia solicitó al Juez que J.F. declare ante él a los fines de brindar una explicación sobre cómo sucedieron los hechos del día 12 de octubre de 2015. El acusado no soslayó decir que con Bravo “éramos amigos y que ese día estuvimos comiendo un asado y tomando cerveza con él y dos personas más”. De esta manera expresó que luego de compartir la comida, se fue para su casa. Después se dirigió hacia el kiosco cerca de la vivienda a comprar otra cerveza para él, cigarrillos y pañuelos para el hijo de su pareja. En el regreso hacia su domicilio, observó a Georgina quien le manifestó a J.F. que Bravo “la quiso manosear” agregando que “tenía esa reputación en el barrio”. Según el acusado, cuando ingresó a la casa, comenzó a intercambiar insultos con la víctima quien le arrojó a una silla. Luego de ello el propio Bravo recogió un cuchillo arrojándole varios puntazos. En un determinado momento, el hombre agarró a J.F. lo abrazó del cuello y empezó a dar su cabeza contra la pared causándole lesiones. De este modo, el joven dijo: “Quería zafar, él me daba contra la mesa, y la pared y le terminé clavando el cuchillo para defenderme”. Por último, aclaró que en la Comisaría 33era. donde permaneció detenido ningún médico revisó las heridas causadas por Miguel Ángel Bravo.
Luego de finalizado el debate del día de hoy, el Juez Penal del Colegio de Jueces de 1era. Instancia, Dr. Juan Carlos Curto informó que el lunes 13 de febrero tanto la Defensa Pública como la Fiscalía realizarán los alegatos de clausura del juicio oral y público.