Cada 17 de octubre se conmemora el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. En el año 1992, la Asamblea General de Naciones Unidas emitió la resolución 47/196 en la que estableció que la erradicación de la pobreza y la indigencia -en todos los países- es una de las prioridades del desarrollo, remarcando además la necesidad de sensibilización del público en torno a ella.

La conmemoración se remonta al 17 de octubre de 1987, momento en el que más de 100.000 personas se congregaron en la plaza del Trocadero -París-, donde se firmó la Declaración Universal de Derechos Humanos, para rendir homenaje a las víctimas de la pobreza extrema, la violencia y el hambre.

En consonancia con el Prefacio de los Principios Rectores sobre la Extrema Pobreza y los Derechos Humanos (aprobados por el Consejo de Derechos Humanos - Res 21/11), "erradicar la extrema pobreza es no sólo un deber moral, sino también una obligación jurídica en el marco de la normativa internacional de derechos humanos vigente".

El Servicio Público Provincial de Defensa Penal, como institución protectora de la dignidad humana, reconoce la gravedad de las distintas situaciones de insatisfacción de derechos fundamentales y necesidades básicas, y las prioriza a la hora de diseñar su política institucional.

La pobreza, fuente de vulnerabilidad económica y social, requiere sobre todo no ser invisibilizada e ignorada. Pero además, es necesario el compromiso de todos los integrantes del Estado - y de los Estados del Mundo- en programar y coordinar acciones públicas destinadas a su eliminación, y germinar en la ciudadanía el apego a  determinados valores como la solidaridad, la equidad, la igualdad, la honestidad, la austeridad, etc.